Samuel L. Jackson es un actor que me gusta bastante y suelo ver las películas en las que sale, aunque las que prefiero son las de acción.
Ésta en concreto, "Muerte de un ángel", tenía ganas de verla hace tiempo por lo original, por el título, por el protagonista, por la sinopsis... Hoy me he perdido en los terrenos de la locura de Romulus Ledbetter.
Romulus Ledbetter, antes un reconocido pianista, ahora vive en una cueva en medio de un parque. Tiene una lucha constante con su mente, que se pierde en delirios con facilidad, ya que Rom es psicótico y esquizofrénico. Una mañana, frente a lo que es su hogar, descubre un cuerpo sin vida y, aunque la policía lo cataloga de una muerte normal, él se empeña en asegurar que hay un culpable e inicia su búsqueda. Entre momentos de gloria y otros de delirio, seguirá un camino que no se sabe si le dará la razón o le confirmará su locura.
Romulus, más conocido en las calles como el cavernícola por vivir en una cueva en medio del parque, no es un indigente cualquiera. Tiene un pasado, un pasado glorioso en el que el piano era el centro de su vida. Estudió en una escuela prestigiosa y era realmente virtuoso con la música, hasta que un día todo se truncó cuando no fue capaz de tocar y, a partir de ahí, perdió su vida. Se separó de su familia, empezó a vivir en las calles, la psicopatía y esquizofrenia hicieron mella en su mente y vive creyendo que hay una conspiración en su contra y que le vigilan constantemente.
Una mañana descubre frente a su cueva un cádaver en un árbol. Inmediatamente contacta con su hija Lulú, que es agente de policía, pero cuando los efectivos llegan hasta allí, dictaminan que ha sido una muerte por congelación y no ha habido ningún asesinato. Romulus no es partidario de esta teoría y, cuando recibe la visita de otro indigente, llamado Matthew que era amigo del fallecido, su primera idea cobra peso. A partir de entonces se autoimpondrá la tarea de encontrar al culpable de la muerte de Scotty, que así se llamaba el chico, ya que opina que él necesita justicia.
Todo le llevará hacia David Leppenraub, un aclamado fotógrafo experto en reflejar el dolor, la vergüenza y el miedo y que estuvo relacionado profesionalmente con Scotty, ya que este último fue uno de sus modelos para las fotografías.
Con momentos de lucidez y otros de paranoia, Romulus iniciará un camino que le llevará a poner en peligro su propia vida y quizás también la de su hija. ¿O será todo producto de su transtorno?
Esta es una historia triste, sobre todo por la vida del protagonista. Es una historia de dolor y crueldad, también de acción e investigación, donde todos pueden parecer culpables e inocentes según el momento y donde, en ocasiones, se desdibujan los contornos de la realidad con la fantasía provocada por la enfermedad que padece Romulus. En determinados momentos, su personaje te mantiene en tensión, a la espera de que en cualquier instante se produzca uno de sus brotes aunque, en realidad, bajo toda esa patología, es un tipo encantador que cae bien y es, además, un genio.
Este indigente tan peculiar, cual Sherlock Holmes transtornado, va desgranando las pistas que va encontrando para intentar demostrar que Scotty fue asesinado, cómo, por qué y por quién. Solamente Matthew le cree y eso alicientará a Romulus a seguir, no cejando nunca en su empeño. En medio de sus progresos tendrá la oportunidad de volver a sentir las teclas de un piano bajo sus manos.
Acompañados del piano, vamos viendo todo el desarrollo de la investigación, asistimos a los momentos en que Romulus pierde la cabeza, donde aparecen dos elementos muy característicos: el color verde y unos seres alados volando alrededor del protagonista. También vemos sus momentos de brillantez y su aguda inteligencia, que asoma bajo todas esas capas de dolor y enfermedad que, en realidad, no le aprisionan, sino que le hacen sentirse un hombre libre que reconoce perfectamente en ciertas situaciones lo que le ocurre.
La interpretación de Samuel L. Jackson es magistral, sabe meterse en el papel y lo hace creíble, real. Sólo por ver su actuación, ya merece la pena. Si, además de esto, queréis una película distinta al habitual método de la búsqueda del culpable, podéis disfrutar de esta de poco más de hora y media de duración.
La película está basada en una novela de 1995 del escritor estadounidense George Dawes Green, conocido por sus thrillers de intriga y suspense, titulada "El ermitaño del parque". Fue su primera obra publicada.
Otra de sus novelas también fue llevada al cine: "Coacción a un jurado" de 1996, que fue protagonizada por Demi Moore y Alec Baldwin.
Green es el fundador de "The Moth", una asociación de escritores y narradores con base en Nueva York, fundada en 1997 y dedicada al arte y al oficio de contar historias. George Dawes Green quería recrear la sensación de las noches de verano sofocante en su Georgia natal, cuando las polillas se sentían atraídas por la luz en el porche, donde él y sus amigos se reunían para contarse historias. También llevan a cabo eventos, concursos literarios, talleres de narración, etc.
No conocía la película...y tiene buena pinta, si la veo por ahí quizá la vea.
ResponderEliminarUn beso!
Yo me veo casi todas las que hace Samuel L. Jackson y esta me pareció un concepto de investigación de un crimen diferente a otras.
EliminarSi la ves, ya me contarás.
Besotes