POCIÓN Nº 15: "El ladrón de compresas" de Sergio G. Ros

La primera vez que me topé con este título fue en el blog "Libros, exposiciones, excursiones..." y eso me llevó al de "El universo de los libros", ya que es ella la que junto a "De tinta en vena" ha realizado esta lectura conjunta. Creo que, cuando leí el título, se me quedó cara de emoticono (ese que levanta una ceja con cara de sorprendido) y me lancé inmediatamente a leer la sinopsis (soy curiosa, necesitaba saber qué podía contarme una novela con ese título tan peculiar). El resultado fue que me quedé totalmente enganchada del resumen y además el autor contactó conmigo para ofrecerme la lectura del libro, por lo que acepté encantada.

Sofía Jiménez es una estudiante de Derecho que ha desaparecido. Rápidamente se movilizan dispositivos policiales para intentar encontrarla, ya que todo apunta a un secuestro y además hay un sospechoso, sin cara ni nombre, pero con un modus operandi muy concreto.

El tiempo corre en su contra y no todos los esfuerzos se volcarán en encontrarla. Hay quien buscará la gloria y el ascenso.

Mientras tanto, Sofía está encerrada y está viviendo un calvario.

La primera persona a la que conocemos en este libro es a Sofía y descubrimos, a la vez que ella, que ha sido secuestrada. No sabe donde está ni cómo ha llegado hasta allí, ni mucho menos quién está detrás de todo, pero está encerrada.

A partir de esta evidencia, se irá intercalando la realidad dura y descarnada que vive la estudiante con la investigación policial que se ha puesto en marcha para dar con su paradero.

Los hechos suceden en Pedreira, una población de la costa valenciana (mera invención del autor).

Sofía nos habla en primera persona, lo que hace que empaticemos más con el personaje y que seamos capaces de imaginar y vivir de una forma muy clara sus sentimientos, sus emociones, su agonía... Sin embargo, a todo el proceso policial asistimos como espectadores, ya que este está relatado en tercera persona. Como si estuviéramos siguiendo una película, vemos los pasos que se dan dentro y fuera de la comisaría, los aciertos y errores y conocemos también la naturaleza de las personas encargadas del caso.

Como epicentro de la investigación tenemos a Susana Ruiz, policía movida por buenos propósitos, muy competente, decidida, inteligente, suspicaz y con dos rasgos que la definen: tiene unos pechos muy grandes y maneja el volante con gran pericia, a veces incluso de forma agresiva y arriesgada.

Junto a ella, Raúl Vázquez, de la científica, que la ayudará en todo momento, siendo un gran apoyo en el proceso.

También fuera de la comisaría aparecen dos personajes destacables que serán primordiales en la resolución del caso. Ernesto Ramiro Vargas de la Serna (conocido por todos como Vargas), detective privado argentino y su nuevo ayudante, Eduardo Cortés, ambos viejos conocidos de Susana por motivos diferentes y tanto uno como otro con modos muy peculiares de resolver las incógnitas.

En el otro lado encontramos a José Mulero y a Plácido Garnero, policía y subinspector respectivamente, ambos con un ansia de poder desmedida que hará que antepongan sus propios intereses a los de la desaparecida, lo cual les llevará a cometer errores.

Paralelamente a esto seguiremos viviendo con Sofía su encarcelamiento y conoceremos los hábitos de su agresor, aunque estaremos tan a oscuras como la secuestrada a la hora de saber quién es ese hombre de gran altura que siempre entra en escena cubierto por un pasamontañas.

Las últimas treinta páginas son frenéticas, la acción va saltando en tres campos: lo que le pasa a Sofía; la investigación del comisario Cervantes junto a Susana, Raúl, Vargas y Eduardo, y por otro lado la que están llevando a cabo Mulero, Garnero y su equipo. El ritmo aquí es muy ágil, te da sensación de angustia, sientes en tu propia piel que el tiempo se agota y el desenlace se acerca. Un final a juego con el resto de la historia.

Los capítulos son largos, de hecho tan sólo hay seis, uno por cada día de la semana (de miércoles a lunes), aunque cada uno está subdividido en varias partes. Y finalmente pone el broche final un epílogo.

Me gusta como están construídos los personajes y personalmente me encantan Susana y Eduardo. Ellos ya se conocían de antes, de un caso anterior de Susana en el que él la ayudó al que se hace alusión en el libro: "La caldera chirriante". En realidad este es el título de un relato corto que Sergio escribió hace años y del cual deriva esta otra novela. Lo nombra en varias ocasiones y consigue despertar tu interés. YO QUIERO LEER EL CASO DE LA CALDERA CHIRRIANTE, y seguro que le pasa a todo el mundo que haya leído "El ladrón de compresas".

En cuanto al título del libro, al igual que en el relato del que os acabo de hablar, también se corresponde con el nombre del caso. La cubierta representa muy bien una escena concreta del libro (lo entenderéis todos aquellos que lo habéis leído ya).

Con un lenguaje coloquial, unas descripciones muy exhaustivas (yo llegué a "ver" el aulario de la Universidad), una forma de escribir que te arrastra a seguir leyendo hasta el desenlace y unos escenarios y situaciones muy creíbles, este libro de tan solo 145 páginas te aportará una lectura ágil y diferente, atrayente, cercana y también angustiante en determinados momentos.

Si tengo que poner un "pero", quizás sería las reiteradas ocasiones en que se hacen alusiones al tamaño de los pechos de la policía.

¿El resultado? Un libro que te sorprenderá y no te dejará levantar la vista de sus páginas de principio a final.

Sergio G. Ros, de Cartagena, diplomado en Ingeniería Técnica y escritor.

Hasta el momento ha escrito cuatro novelas: ""El ladrón de compresas" (2007), "El valle del demonio" (2008), "Transmutación" (2009) y "Luciano Wong. Libro I" (2011) y actualmente está trabajando en la segunda parte de "Luciano Wong". Las tres primeras podéis encontrarlas en Amazon. 

También ha escrito varios relatos cortos: "El misterio de la caldera chirriante", “Pies quietos”, “Animales de montaje”, “El señor del valle”, “Crisis”, “Frío como el acero” y “Luz de sabiduría en una noche de estrellas”, entre otros, obteniendo además por uno de ellos un accésit en el Premio de Torrepacheco (Murcia).

Como crítico literario ha realizado reseñas para la conocida web "Llegir en cas d'incendi" y ha colaborado con la revista literaria "Prosofagia".

Si queréis conocer más cosas de él, ayer le hicimos una entrevista (ver AQUÍ) y podéis también entrar en su blog "El alma impresa".