Muchas veces descubres al azar libros que te llaman la atención, que sólo leer su sinopsis prometen no dejarte indiferente y que además cuando los lees te devuelven una sorpresa agradable.
Jaime y Gabriel son dos matemáticos con poco en común, de hecho siempre han sido en cierto modo rivales que, por designios del azar o del destino se verán inmersos en una aventura que les llevará a otros mundos.
Mientras Jaime se encuentra en un paraje idílico, Gabriel va a parar a un lugar oscuro donde no se ve nunca la luz del sol. En lugares separados, tanto uno como otro tendrán que descubrir su propio camino y por qué motivo han acabado allí, encontrándose en el transcurso de su historia razas de seres increíbles hasta llegar a un momento cumbre donde se verá la naturaleza de cada uno de ellos y se luchará por la supervivencia de los mundos.
Descubrimos al principio de la historia a los dos personajes principales: Jaime y Gabriel. Son de la misma edad: 24 años, de diferentes clases sociales y ambos están en la Facultad de Matemáticas. Se conocen desde hace mucho y el segundo ha sentido siempre cierta aversión hacia el primero, ya que por uno u otro motivo siempre ha permanecido a su sombra y en más de una ocasión ha intentado hacerle la vida imposible a Jaime. Simples rencillas y rencores, pero el colmo ha llegado con la tesis de éste, que versa sobre los agujeros de gusano y que ha sido todo un éxito.
Jaime, en realidad, nunca le ha devuelto los golpes y se ha mantenido al margen de las disputas que Gabriel intentaba comenzar, ya que es una persona de talante conciliador, pero necesita alejarse de todo por un tiempo para replantearse sus metas y ver qué pasos va a seguir de aquí en adelante. Es por ello que decide emprender un viaje, tomarse unas vacaciones hacia un destino que no confiesa a nadie.
Encontramos en este punto una parte entrañable en la que Jaime acude al barrio donde vivió de niño para despedirse de su padre. Está lleno de momentos, de recuerdos, de cariño. Es un capítulo que me ha gustado especialmente en el libro.
Y tras esto comienza el viaje (yo tampoco os diré hacia donde). Cuando, después de ciertos acontecimientos, acabe solo y perdido en la selva, tendrá un encuentro con un jaguar que le dotará de unas facultades que no había tenido hasta ahora y tendrá que enfrentarse a peligros que no habría imaginado nunca. Jaime empieza a tener sueños que parecen premonitorios en los cuales aparece la figura de un hombre al que llaman huehuetlahtolli, sueños que parecen revelarle algo pero que él no acaba de entender. Cuando descubre además que Gabriel está también allí y que parece estar moviendo los hilos de su vida, todo comienza a complicarse.
A través de una puerta que parece abrirse de la nada gracias a la música de una armónica de piedra rosa que a Jaime le regaló su madre, éste entra en un mundo nuevo donde todo parece idílico y donde la gente no se comunica mediante la palabra. Gabriel, que le ha seguido, penetrará por otra puerta diferente que le llevará a un lugar oscuro dominado por seres crueles y sanguinarios, donde tendrá que pasar las penas y humillaciones que no ha experimentado nunca en su vida pero no perderá la esperanza porque será guiado también a través de los sueños por una misteriosa dama blanca.
Todo lo que ocurre a partir de ese momento tendrá su repercusión y ambos protagonistas, conscientes de que han ido a parar allí por algún motivo que desconocen, tendrán que hacer lo posible por averiguar qué está ocurriendo.
Gabriel conocerá a los Craws, los Breños y los Kedir, seres muy diferentes unos de otros. Hará amistad especialmente con Think, Mime y Dina y a través de alianzas insospechadas hasta ese momento, recorrerán un largo camino para conseguir salvar sus vidas y encontrar a Jaime, ya que parece ser la clave de todo.
Este por su parte estará primero en Khoom Sihil y luego en Brigantia, donde hará amigos como Nathal, Danara, Bohort o Nandro y donde tendrá que enfrentarse al terrible y oscuro Kabam-om.
Con una imaginación sin límites el autor nos narra una historia amena, que engancha, donde nos encontramos a personajes que se hacen querer y que además tiene un trasfondo más profundo, ya que se resaltan el amor desinteresado por los demás, se muestra que la amistad es posible más allá de la diferencia de razas y que las segundas oportunidades pueden dar resultado.
Cada personaje se replanteará su forma de vida y de pensar hasta ese momento, recibirán una lección moralizante y se producirán cambios muy importantes en ellos que repercutirán directamente en el desenlace de la obra.
El libro consta de 21 capítulos y también de introducción, interludio y conclusión, donde aparece un personaje llamado Damian (solamente sale aquí) y que no descubriremos realmente quién es hasta las últimas páginas. Los capítulos son largos y cada uno de ellos va dedicado a las vivencias de Jaime y Gabriel, alternándose uno a uno hasta que se unen.
El desenlace es espectacular y apocalíptico, se puede decir que más o menos concluyente dentro del desarrollo de la historia, pero a la vez deja las puertas abiertas a la imaginación o a una segunda parte.
Los personajes son muy ricos en detalles y sólo os voy a describir un poco a los dos principales.
Jaime. Físicamente algo débil, ya que nunca ha practicado ningún deporte. Inteligente, en cierto modo solitario, sentimental y compasivo. Muy racional, le mueve su vocación científica. Siempre ha destacado en el campo de las matemáticas y está decidiendo que camino tomar ahora que ha acabado la Facultad.
Gabriel Santana. Hijo de un reconocido empresario, nunca le ha faltado el dinero. Jugador de rugby, formado físicamente desde pequeño en artes marciales y experto en esgrima. Impaciente, frío y acostumbrado a destacar.
He disfrutado mucho con la lectura de este libro y además me ha permitido dejar volar mi imaginación. Si queréis saber que significa Verlía, el motivo por el que Jaime y Gabriel acaban en distintos mundos, que es un rhine, quienes son realmente los craws, breños y demás personajes singulares del libro, además de averiguar que importancia tiene en toda la historia una armónica de piedra rosa, tendréis que aventuraros a leer el libro y ver a que mundo os lleva la puerta que crucéis.
Adrián González, madrileño, lee desde los nueve años y lleva pensando en escribir hace treinta, pero no fue hasta 2010 cuando realmente lo hizo. "Hijos de Lemuria" es la primera parte de una serie titulada "Verlía".
Actualmente trabaja en tres novelas: "Manaia", "Antes de que amanezca" y la segunda parte de "Verlía".
Yo lo tengo porque lo cogi en una promocion de Amazon. Aun no lo he leido, pero vista tu opinion no creo que tarde mucho en hacerlo. Besos!
ResponderEliminarMe alegro de que vayas a leerlo, espero que te guste tanto como a mí :D
EliminarNo sabía nada de él... Quizás me anime ;)
ResponderEliminarGracias por poner tu opinión, guapa!
Un beso ^^
Ya me contarás.
EliminarBesotes
Pues yo también lo tengo de Amazon. Parece un libro curioso, me alegro de que te haya gustado. Un crítica muy chula.
ResponderEliminarSaludotes.
A ver si te animas a leerlo cuando tengas un huequito :D
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