POCIÓN Nº 29: "El juego de la Oca" de Fran J. Marber

Descubrí casi de casualidad a este autor y, con él, sus obras. Tengo que decir que todos sus libros me resultaron apetecibles, pero este, el último de ellos, más aún y lo tengo en mis manos gracias a Ecu Editorial, a los que agradezco el ejemplar. Misterio, base de historia y detrás de todo un juego por todos conocido. 

Jugar a la oca, nunca volverá a ser lo mismo.

Junto al puente de una pequeña población, aparece una piedra manchada de sangre. A partir de ahí se iniciará una investigación que, poco después, se verá respaldada con el hallazgo de un cadáver en otra localidad diferente. Álvaro Moret, inspector de policía, volcará toda su atención en este caso que se va complicando por momentos y que parece estar relacionado de alguna forma con el Camino de Santiago y con el juego de la Oca.
"Siete pruebas, dos adversarios y un tablero de juego real. La partida ha comenzado...".

Nos adentramos en esta aventura a través de un actor, Ginés García Millán ("La Señora", "Herederos", "Motivos personales", etc.) que en el prólogo nos desvela sus sensaciones tras la lectura de "El juego de la Oca". Después, el propio autor hace unas breves aclaraciones sobre el enfoque de la obra, sobre su base histórica, su parte real y su parte de ficción y algunas curiosidades. Ya solo con esta página, se despierta tu curiosidad y las ganas de saber más. Tras el prólogo y las aclaraciones del escritor, nos sumergimos por fin en la novela.

Álvaro Moret ha sido inspector de policía en Huesca y será él quién nos cuente esta historia de intriga y misterio, donde nada es lo que parece y donde jugar puede ser algo peligroso. Álvaro parte del presente para volver atrás y relatarnos, siempre en primera persona, cómo comenzó todo y cómo se desarrollaron los hechos. Todo empezó una mañana como otra cualquiera, con un caso que estaba llamado a convertirse en su primer caso y en el que Álvaro puso todo su empeño. Un pequeño descubrimiento junto a un puente que en principio parece carecer de importancia, se tornará importante en cuanto aparezca un cadáver junto a otro puente diferente. De puente a puente y tiro porque me lleva la corriente. 

Y esto es solo el inicio, ya que habrá más cadáveres y más datos misteriosos. Moret será asignado a la investigación y tendrá que recorrer varios puntos de la geografía española en pos de un asesino que parece seguir un extraño ritual pagano relacionado con el juego de la oca y que siempre parece ir por delante de ellos. Y es más, el propio Álvaro Moret pasará a formar parte de ese mismo juego.

El juego de la Oca es un juego de mesa en el que cada jugador va avanzando con su ficha por un tablero en forma de espiral. Este tablero consta de 63 casillas en las que se representan varias imágenes. Como todos sabemos, dependiendo de la casilla en la que se caiga, se puede avanzar, retroceder o cumplir un castigo (el pozo, la cárcel, la posada...) y el ganador será aquel que consiga alcanzar en primer lugar la casilla 63 (el jardín de la oca). 

Un simple juego de niños, ¿verdad?. Pero es también una representación metafórica de la vida terrenal, un camino iniciático regido por el destino en el que habrá que superar varias pruebas y, solo venciendo estos obstáculos, se conseguirá llegar al interior de uno mismo y liberarse de los pecados. Además, está relacionado con el Camino de Santiago (con aquel conocido como "El camino francés" o "El camino de las ocas", que comienza en Roncesvalles y finaliza en Santiago de Compostela) y sus etapas. Cada símbolo de las casillas del juego, tiene asignado una población o entorno real.

En esta investigación, Álvaro tendrá ayuda: el comisario Horneros, el agente Ramírez, el inspector jefe Lasarte y la forense Ester Román. Aparece también una extraña anciana, llamada Margot, que tendrá un peso importante en la historia, un personaje misterioso que desvelará detalles del juego de la oca y también tirará del hilo de los recuerdos de Moret, sacando a relucir un pasado que quizás el inspector quiera mantener enterrado en lo más profundo de su ser.

En el lado opuesto, aparece el transeúnte, que será el jugador número uno en esta partida de la vida. Porque, como bien dice el autor, "la vida en sí en un juego y, en su transcurso, encontraremos puentes, viaductos que nos ayudarán a salvar caudalosos ríos repletos de problemas; posadas donde descansar y recapacitar sobre lo que hicimos mal; laberintos sin sentido que nos harán perder el norte; pozos o depresiones que ahoguen nuestra ansiedad en las tormentosas profundidades del alma; cárceles que habitan en un rincón del corazón y que será donde cumpliremos pena por nuestras amarguras y, cómo no, la muerte".

Hay alusiones constantes a las ocas, a su huella, a su migración y a su comportamiento. También numerosos símbolos y relaciones numéricas (el número 9 aparece constantemente y tiene una especial importancia en el transcurrir de los acontecimientos). La intriga se mantiene de principio a final y la historia se va enredando de tal manera que, mientras realizas mentalmente el camino de Santiago y mueves ficha en el gran tablero de la Oca, vas aprendiendo, haciendo teorías (hay cosas que se ven venir y otras que te dejan literalmente con la boca abierta), desvelando acertijos e incógnitas, descubriendo cosas nuevas, te vas sorprendiendo y deseando atar todos los cabos antes de llegar al final. 

El principio del capítulo uno se repite al principio del capítulo 62, ya que llegados a ese punto volvemos a la actualidad y descubrimos cómo acaba todo. Un desenlace que, en realidad, no te esperas pero, cuando lo lees, sabes que no podía ser de otra manera.

El libro consta de 63 capítulos (recordemos que 63 es el número de casillas del juego), pero no reales, sino que dentro del libro también se producirán saltos. Pasaremos, por ejemplo, del 6 al 12, que son en el tablero de la Oca las casillas correspondientes a los puentes. Cada número de capítulo está relacionado con la imagen que aparece en el juego en la casilla de ese número. Muchos van encabezados además por un título para dar más énfasis al contenido, mientras que los capítulos intermedios carecen de nombre.

El relato se ambienta en escenarios reales, muy bien descritos. Entre ellos, destaca sobre todo la catedral de Santiago de Compostela. Estuve allí hace unos años y, mientras iba leyendo, rememoraba la ciudad y la iglesia, pero ahora la veo de otra manera y me han dado ganas de volver a estudiarla con más detalle. 

Además encontramos diez fotografías acompañando el texto y mostrándonos sitios muy concretos, que nos harán acercarnos más todavía a los lugares donde se desarrolla la obra. Es notable el trabajo de estudio y documentación que el autor ha tenido que llevar a cabo para construir esta historia, bien argumentada y con unos personajes carismáticos que apetece descubrir poco a poco.

El Códice Calixtino también guarda mucha relación con esta historia. Es un manuscrito de mediados del siglo XII, que se custodia en la Catedral de Santiago de Compostela y que constituye una especie de guía para los peregrinos que seguían el Camino de Santiago con consejos, descripciones de la ruta y de las obras de arte, así como de las costumbres locales de las gentes que vivían a lo largo del Camino. También contiene sermones, milagros y textos litúrgicos relacionados con el Apóstol Santiago. 

En la última página de la novela "El juego de la Oca", se informaba de que este manuscrito fue robado el 5 de Julio de 2011 y que continuaba desaparecido. Casualmente, justo a la mañana siguiente de acabar de leer el libro, desperté con la noticia de que había sido recuperado. Hoy ya todos sabemos que el causante de esta desaparición, que ha durado un año, fue un electricista que trabajó durante 25 años en la Catedral, que tenía acceso a todos los rincones, y al que además le gustaba apropiarse de objetos de valor.

Creo que antes de empezar a leer este libro, ya sabía que me iba a gustar, pero lo que no esperaba era meterme en su lectura de tal forma que no pude despegarme del tablero de la Oca hasta que acabé de leerlo. Durante unos días, libro y juego fueron unidos de la mano formando un todo inseparable. Fue inevitable parar cada vez que se descubría algo relacionado con el juego de la oca y ponerme a verificarlo sobre el tablero o investigando por la red.

La novela me ha atrapado y siempre me entusiasma poder hacer mi propio seguimiento en paralelo a la lectura del libro. Es apasionante hacer una búsqueda por la red sobre lo que significa el Camino, el juego y la relación establecida entre ambos. Solo me queda hacer el camino de Santiago y rezar por no verme inmersa en este macabro juego de la Oca.

De oca a oca y tiro porque me toca...

Fran J. Marber (Francisco Javier Martínez Bernal) nació en Lorca (Murcia). Se especializó en orfebrería, tallado y grabado de metales preciosos y relojería y montó su propia empresa de joyería.

Después de la muerte de su padre, comienza a escribir y nace su primera novela "El tercer clavo", que le dedica íntegramente a su progenitor. Tras esta, publicó "Gusanos de seda", "La página 64" (optó al Premio Nadal 2009), "El llamador de ángeles" y "El juego de la oca".  Todos publicados con Ecu Editorial.
Actualmente compagina su trabajo de joyero con la preparación de su siguiente novela.

Podéis saber más del autor y su obra en:

http://www.franjmarber.com/

http://franjmarber.blogspot.com.es/