"No solo fue consciente de que tenía una adicción con la bebida, sino con ansiolíticos, con el tabaco y otras sustancias. Tenía una conducta adictiva y policonsumidora.
Una noche a solas decidió que tenía que pedir ayuda y ponerse en manos de alguien que le supiera sacar de su consumo de alcohol y de las otras adicciones."
"Soy alcohólico". Con esta certeza el autor le plantó cara a una enfermedad que padece mucha gente. Porque el alcohol puede llegar a ser un refugio ante la vida, ante los problemas, ante el "no puedo llegar a", pero el momento más importante de esa enfermedad es darse cuenta precisamente de que la botella te está diciendo lo que tienes que hacer y decidir plantarle cara, como en un ring de boxeo, en un combate a muerte donde sólo uno de los dos puede salir vencedor.
Imagino que ese proceso ha de ser largo y sobre todo muy duro, pero seguro que el resultado es gratificante y el esfuerzo merece la pena. Así además lo atestigua el libro que Ignacio nos presenta, tomando como protagonista a un hombre llamado Alonso a través del cual contará sus experiencias, sus vicisitudes, sus altos y bajos en el camino hasta llegar a la meta.
Este libro es una ayuda para sí mismo y para todo aquel que esté en esa misma situación, es una terapia y es una toma de conciencia para todos aquellos que vemos el problema de lejos, para empatizar con la enfermedad y para darnos cuenta de lo importante que es decidir tirar para adelante y tener a gente al lado que te apoye.
Con una cubierta que lo dice todo, Ediciones Éride lanzó en febrero del año pasado este libro a la venta.
Actualmente Ignacio se ha quedado como orientador en uno de los grupos de la asociación GRUTEAR. La recaudación que está obteniendo con el libro, va destinada íntegramente a esa asociación.
Enhorabuena a Ignacio. Por haberle plantado cara, por haberlo conseguido, por mantenerse a flote, por escribir este libro, por haberlo publicado y por dejar que otros conozcan de primera mano los demonios del alcohol.
Me sonaba el libro, no sabía que era de Éride, tiene que ser duro porque debe de haber habido muchas circunstancias que lo hayan sido.
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