No sabía nada de este escritor hasta que mi hermana leyó uno de sus libros: "La república dependiente de Mavisaj" y me lo recomendó encarecidamente.
Desde ese momento supe que quería leer las novelas de Víctor J. Maicas porque eran algo distinto y con mucho trasfondo, algo para analizar.
Gracias al autor he podido disfrutar de su último libro publicado.
El mundo tal y como lo conocemos ha dejado de existir. El mal trato que durante años se ha dado al planeta Tierra ha dejado una huella ineludible. Después del cambio climático vino un cataclismo que lo asoló todo y ahora los supervivientes navegan por el espacio a bordo de naves nodriza en las que se ha instaurado un nuevo modo de vida. Todo está milimétricamente estudiado, ningún comportamiento queda al azar.
Una de las personas que sobrevivió el desastre es Godal, un escritor que durante años intentó concienciar al mundo del final que le esperaba.
Ahora, ya en edad avanzada, es sometido a juicio por dos delitos que puede no haber cometido y que pueden hacer que su existencia sea borrada para siempre.
El libro empieza con una advertencia: "Esta novela no está dedicada a todo el mundo, no, en absoluto". Con ello nos advierte, antes de comenzar a leer la obra en sí, que nos vamos a encontrar con algo diferente, con algo que nos va a hacer pensar sobre nuestra forma de vida, sobre la sociedad y sobre el hombre en sí mismo.
Dando saltos entre el presente y el pasado, el autor nos va descubriendo poco a poco a Godal, a su entorno y también el cómo y el porqué se ha llegado a vivir en naves nodriza surcando el espacio donde todo es artificial, incluído el aire.
De forma paralela vamos viendo el crecimiento de Godal, desde que era un niño hasta que es anciano, y el enrarecimiento de la vida en la Tierra, ya que vamos observando como desaparecen las estaciones por ejemplo. Parte importante de su vida, pasada y presente, son sus dos mejores amigos: Néstor y Guido.
Néstor Brandotti es de esas personas que siempre suele llevar la voz cantante. Decidido, calculador, realista. No le gusta que nada ni nadie le diga lo que tiene que hacer ni tome decisiones por él. Astuto e inteligente, tiene aspiraciones muy altas.
Guido Telari es un hombre que proviene de una familia que ama el arte en todas sus expresiones y él también ha aprendido a hacerlo, por eso se convierte con los años en mecenas de distintos artistas, uno de ellos Godal. Buen amigo, es el punto intermedio entre Néstor y Guido, sabiendo siempre limar asperezas.
También hay dos mujeres que marcarán la vida de Godal: Laura e Irene. Las dos estarán a su lado, cada una en un momento determinado de su vida y, de alguna forma estarán presentes tanto en el pasado como en el futuro.
Godal es un escritor que desde siempre ha sido un hombre imaginativo, consecuente con sus ideas, se ha opuesto al régimen político, ha sido un anti-sistema y ha intentado avisar del destino del planeta si no se ponía medios. A pesar de sus esfuerzos, nadie le tomó en consideración y el resultado es que se cumplieron sus predicciones.
El cataclismo que sacudió la tierra en el año 2082 hizo que se produjese una selección, ya que, al igual que en el arca de Noé de la Biblia, no había espacio para todos y aquí los elegidos fueron en su gran mayoría niños y adolescentes provenientes de familias pudientes. A partir de ese momento, se instauró una nueva sociedad: la Confederación, basada en la manipulación y el engaño: se enterró la historia y se partió de cero, creando una nueva religión y un nuevo orden político con el fin de obtener un mundo idílico. Se suprimieron las emociones, tanto sentimentales como sexuales, y los únicos capaces de pensar y sacar sus propias conclusiones eran las clases dirigentes, la cúpula del poder. Han pasado más de 30 años desde el cataclismo y la población ha llegado a ser, cuanto menos, esclavos sin saberlo, sin voluntad y sin don para razonar ni tener ideas propias. Todo está controlado y planificado.
Godal acabó en una de las naves gracias a su mecenas y amigo: Guido. En la actualidad, año 2112, ya con 90 años, se enfrenta a un juicio en el que no sólo se le imputará el cargo de asesinato, sino que se dará cuenta que sobre todo se le enjuiciará por sus pensamientos y por las palabras que ha escrito a lo largo de su vida.
Durante las sesiones del juicio, el protagonista no se declara ni inocente ni culpable y tampoco pronuncia palabra. En cada una de las sesiones, tanto el fiscal como el abogado defensor, emplearán los escritos de Godal para culparle y exonerarle, respectivamente.
A cada fragmento leído le acompaña una introducción y posteriormente un análisis de lo que ahí aparece. Abunda la metáfora sobre todo. Para mí, de todos ellos, que son varios, me gusta especialmente el titulado "Yo también quiero ser Peter Pan".
Los capítulos son bastante breves, pero hay que leerlos despacio, hay que irlos masticando para entender el alma humana y ver su significado más allá y todo lo que representa. Los viajes al pasado vienen bien definidos porque el encabezamiento del título siempre es "Imágenes del pasado".
En el prólogo, nos invita a meternos en la mentalidad de uno de los habitantes de la Confederación, a no ser un mero lector y espectador y a responder estas cuatro preguntas:
- ¿Es realmente Godal inocente, o culpable?
- ¿Está usted seguro de ello?
- ¿Cree que el mundo pensaría lo mismo en el año 2112?
- ¿No considera, por un casual, que nuestro sentido común y nuestros actos hasta entonces tienen la última palabra?
Tras finalizar la lectura del libro, saqué mis propias conclusiones. No diré si mi decisión final es que Godal es inocente o culpable para no condicionar a futuros lectores, pero sí lo que pienso con respecto a las dos últimas preguntas que se plantean. Opino que en el año 2112 el mundo no pensará lo mismo porque cambia a pasos agigantados: la información, la tecnología, los avances médicos... todo ello va forjando una serie de cambios paulatinos en el ser humano que traerán sus consecuencias, tanto buenas como malas, influyendo tanto en el día a día como en el propio planeta. ¿Que si nuestro sentido común y nuestros actos hasta entonces tienen la última palabra? Creo que el buen hacer de unos pocos no produce el suficiente impacto sobre la mente colectiva, pero el tiempo irá hablando por nosotros.
La lectura es agradable, el lenguaje sencillo, la forma de contarlo muy cuidada y la estructura de la narración definitivamente me gusta. Los personajes están muy bien construídos, sobre todo el del escritor protagonista.
Es un libro breve, pero con mucho contenido. No son necesarias más palabras porque en sus 161 páginas lo dice todo.
Su autor me prometió que me haría pensar y tengo que decir que así ha sido.
Víctor J. Maicas es un escritor de Castellón que cuenta en la actualidad con tres libros publicados y está preparando el cuarto.
Todas sus obras son más que novelas, te plantean un dilema y te incitan a pensar y sacar conclusiones.
Podéis saber más cosas de él en su página: http://victorjmaicas.blogspot.com/
Totalmente del estilo del otro, ¡genial! Aquí tenemos una distopía, ya que se llevan ahora.
ResponderEliminarMe alegro de que te gustara.
Besotes.
sí que me gustó, sí.
ResponderEliminarte lo recomiendo :D
Tiene muy buena pinta!!!! Aún no he leído ninguna distopía, pero no por falta de ganas!!! Ahora estoy adentrandome en todos los géneros q nunca antes había leído!!!
ResponderEliminarSaludos
si no has leído nada de este autor, te lo recomiendo. tiene una forma de contar las cosas diferente, son libros para masticar, te hacen pensar.
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